Querido Papa Noel:
Te escribo para decirte lo que quiero para estas navidades, lo que yo te pido no es nada costoso, ni material. Prefiero que me traigas algo que no sea para mi sola, algo que pueda compartir con todo el mundo: como la paz mundial, que todos los países tengan el mismo crédito de dinero , que no se discrimine a nadie, en resumen una igualdad para todo el planeta. Espero que me traigas esto que pido así construiremos un mundo mejor y más feliz.
ATENTAMENTE:
LA NAVIDAD DE RUDOLF
Érase una vez un reno muy chiquito llamado Rudolf que vivía en el polo Norte con su madre y sus hermanos, ya que su padre viajaba todas las navidades con Santa Claus.
Estaba un poco triste porque le había pedido a su padre que lo llevase con él, pues quería viajar con Santa Claus.
Su madre tenía miedo de Rudolf se escapase con su padre, pues no conocía los peligros de aquella navidad fría e invernal.
El único deseo de Rudolf era conocer a Santa Claus, pues era su ídolo, quería ser como él, pero no podía, su pequeño tamaño le impedía viajar por todo el mundo repartiendo regalos a los niños...
Rudolf era el reno más simpático que hubieses podido conocer, pues su don era la bondad y decía que su único fin en la vida era repartir ilusión a los niños y a los no tan niños.
Cuando pensaba en la Navidad se le saltaban las lágrimas de la emoción, pero cuando pensaba en Santa Claus el corazón se le ponía a 100/hora.
Aquel viejito gordinflón era tal vez la persona a la que más quería Rudolf, aún sin haberlo conocido.
Rudolf se escapó de su casa y se fue en busca de su padre, a quien echaba muchísimo de menos.
Al llegar a la mitad del camino se encontró con...
Papá Noel (que estaba arreglando el trineo) y Papa Noel se preguntón que hacía Rudolf allí. El le explicó que estaba buscando a su padre porque quería ser un ayudante de Papá Noel como él.
Papá Noel se asustó mucho y le dijo que no debía haberse escapado, pero como no podía hacer nada Papá Noel se lo llevó con él. Papá Noel terminó de reparar el trineo y el padre de Rudolf volvió al trineo con Papá Noel. El padre al ver a su hijo se sorprendió mucho pero le dijo que podía estar con él.
Al terminar de entregar los regalos, volvieron a casa y la madre de Rudolf le dijo que le perdonaba pero que era bastante pequeño para viajar.
